- Esfuerzos frenéticos para evitar el abandono real o imaginario, incluidos los esfuerzos para evitar quedarse solo (a)
- Un historial de relaciones personales intensas e inestables que se caracterizan por la alternancia de extremos en la forma en que se percibe a la otra persona en la relación
- Una autoimagen o sentido de sí mismo (a) significativa y persistentemente inestable
- Una impulsividad en al menos dos áreas potencialmente dañinas (por ejemplo, el uso de sustancias, gastos, el sexo, manejar imprudentemente, atracones de comida)
- Autolesiones recurrentes o un comportamiento, gestos o amenazas suicidas
- Un estado de ánimo significativamente reactivo que conduce a la inestabilidad emocional (por ejemplo, emociones intensas que generalmente solo duran unas pocas horas)
- Sentimientos crónicos de vacío
- Una ira inadecuada e intensa o dificultades para controlar la ira
- Pensamientos paranoicos transitorios, relacionados con el estrés o la disociación
Los síntomas del TLP a menudo son desencadenados o exacerbados por factores estresantes interpersonales, incluidos el rechazo, el descuido o el abandono percibidos. La ideación suicida recurrente es la razón por la que muchas personas con TLP se presentan para recibir tratamiento y el riesgo de suicidio completo es elevado en individuos con este trastorno. Para un diagnostico de TLP, los síntomas deben estar presentes en la edad adulta y en una variedad de contextos. Aunque el trastorno tiene un curso relativamente crónico, los síntomas tienden a mejorar con la edad y muchas personas con TLP ya no cumplen con todos los criterios para el trastorno en la edad adulta media.