El trastorno puede ocurrir tanto en hombres como en mujeres, pero es significativamente más común en hombres. El síntoma principal del trastorno del desarrollo de la coordinación es la adquisición y ejecución de habilidades motoras coordinadas que están sustancialmente por debajo de la edad cronológica del (la) niño(a) y la oportunidad de aprender y usar las habilidades. Estas dificultades se manifiestan como torpeza (por ejemplo, dejar caer o chocar con objetos), así como lentitud e inexactitud en el rendimiento de las habilidades motoras (por ejemplo, atrapar un objeto, usar tijeras o cubiertos, escribir a mano, andar en bicicleta o participar en deportes). Algunas de las características físicas de niños con trastorno del desarrollo de la coordinación incluyen:
- Dificultades con la motricidad gruesa y/o la motricidad fina
- Un retraso en el desarrollo de ciertas habilidades motoras (por ejemplo, abotonarse la ropa, atrapar una pelota)
- Dificultades para aprender nuevas tareas motoras
- Dificultades para coordinar ambos lados del cuerpo (por ejemplo, cortar con tijeras)
- Dificultades con el equilibrio
- Dificultades con actividades que requieren cambios constantes en la posición de su cuerpo (por ejemplo, saltar la cuerda, béisbol)
- Dificultades con la escritura a mano o impresión
Otros términos utilizados para describir el trastorno del desarrollo de la coordinación incluyen la dispraxia infantil, el trastorno específico del desarrollo de la función motora y el síndrome del niño torpe.
Los adultos con trastorno del desarrollo de la coordinación pueden experimentar los siguientes síntomas:
- Una laxitud en las articulaciones
- Una mala postura
- Dificultades para organizar sus pensamientos en un papel
- Una mala gestión del tiempo
- Dificultades para organizarse, organizar sus pertenencias y a sus hijos
- Una memoria auditiva débil a corto plazo
- Una mala concentración
- Problemas de percepción visual
- Pobres habilidades sociales
- Una baja autoestima
- Poca confianza en sí mismo(a)