El trastorno neurocognitivo leve se caracteriza por un deterioro cognitivo moderado comparado con un nivel de rendimiento previo en uno o más dominios cognitivos:
- La atención compleja: las tareas tardan más tiempo en completarse que antes, el trabajo debe revisarse para detectar errores, dificultades para pensar y procesar la información al realizar múltiples tareas a la vez (es decir, hablar por teléfono celular y conducir)
- Las funciones ejecutivas: se requiere un mayor esfuerzo para finalizar proyectos de varios pasos, problemas para reanudar una tarea que se interrumpió, dificultades para organizar, planificar o tomar decisiones, problemas para cambiar de conversación
- El aprendizaje y la memoria: dificultades para recordar eventos recientes, depende de los recordatorios y la creación de listas
- El lenguaje: dificultades para encontrar palabras, errores gramaticales en el lenguaje expresivo
- Perceptual-motor: una mayor dependencia de mapas o notas para las instrucciones, puede dedicarle más esfuerzo a las tareas motoras como escribir, tejer o ensamblar
- La cognición social: cambios menores en el comportamiento o la personalidad, una menor capacidad para leer señales sociales como las expresiones faciales, una disminución de la empatía o de la inhibición
El deterioro cognitivo adquirido se observa por una preocupación por parte del individuo, un informante cercano al paciente o el médico. El rendimiento cognitivo también se evalúa a través de una evaluación neuropsicológica objetiva, y el rendimiento se compara con las normas apropiadas para la edad, el nivel educativo y los antecedentes culturales del paciente, para determinar si el rendimiento dentro de los dominios cognitivos cae por debajo del nivel esperado. Las deficiencias leves de desempeño neurocognitivo se definen típicamente como de 1-2 desviaciones estándar por debajo del promedio (entre los percentiles 3 y 16).