- El rendimiento escolar ("¿Qué pasa si obtengo una mala calificación?")
- El rendimiento deportivo ("¿Qué pasa si decepciono a mi equipo?")
- Eventos catastróficos ("¿Qué pasa si hay una guerra nuclear?")
- Cosas que la mayoría de los niños consideran que "no es un grave problema", como estar a tiempo ("¿Qué pasa si pierdo el autobús?")
Los niños y adolescentes con TAG también experimentan otros síntomas además de la preocupación. Para ser diagnosticado con TAG, un niño o adolescente debe experimentar al menos uno de los siguientes seis síntomas:
- Tensión muscular
- Fatiga
- Dificultad para concentrarse
- Problemas de sueño (por lo general, problemas para conciliar el sueño o interrupción del sueño)
- Inquietud o sentirse al borde
- Irritabilidad o mal genio
Para ser diagnosticado con TAG, el niño o adolescente debe experimentar estos síntomas la mayoría del tiempo durante seis meses o más. Además, la preocupación y los síntomas deben ser angustiantes (perturbadores) o perjudiciales (ser un obstáculo en la vida del niño).