El trastorno se caracteriza por trastornos en la fluidez normal y en el patrón de tiempo del habla que son inapropiados para la edad y las habilidades lingüísticas de la persona, persisten con el tiempo y se caracterizan por la aparición frecuente y marcada de los siguientes síntomas:
- Repeticiones de sonidos y sílabas
- Sonidos prolongados de las consonantes y las vocales
- Pausas en medio de las palabras
- Bloqueo audible o silencioso (pausas ocupadas o vacías en el habla)
- Circunlocuciones (evade palabras problemáticas sustituyéndolas)
- Produce palabras con un exceso de tensión física
- Repeticiones de palabras completas monosilábicas (por ejemplo, "yo-yo-yo-yo lo veo")
Estas perturbaciones causan ansiedad al hablar y pueden limitar la comunicación efectiva, la participación social o el rendimiento académico. Los niños que tartamudean también pueden mostrar comportamientos secundarios o de evitación que pueden afectar su comunicación fluida. Estos pueden incluir:
- Sonidos que distraen (por ejemplo, limpiarse la garganta, la inserción de un sonido no deseado)
- Muecas faciales (por ejemplo, parpadeo en los ojos, apretar la mandíbula)
- Salida verbal reducida debido a la evitación del habla
- Movimientos de la cabeza o del cuerpo (por ejemplo, cabecear, golpearse la pierna, apretar el puño)
- Evitar situaciones sociales
- Rellenos para enmascarar los momentos de tartamudez