El trastorno explosivo intermitente (TEI) se caracteriza por arrebatos de comportamiento recurrentes que representan una falla en el control de los impulsos agresivos. Los niños y adolescentes con TEI tienen una baja tolerancia a la frustración y se enojan de manera desproporcionada por pequeñas molestias. Los arrebatos de comportamiento se manifiestan como:
- Agresiones verbales (por ejemplo, berrinches, rabias, discusiones, peleas)
- Agresiones físicas hacia la propiedad, animales u otros individuos
Algunos niños y adolescentes con TEI se involucran en agresiones verbales o físicas que causan daños o destrucción de propiedad o lesiones físicas a animales u otras personas. Otros tienen episodios menos graves de agresión verbal y física que no causan lesiones ni destrucción.
La magnitud de la agresión expresada durante los arrebatos recurrentes es totalmente desproporcionada con la provocación o con cualquier factor de estrés psicosocial precipitante. Los arrebatos recurrentes no son premeditados, ni son para lograr un objetivo tangible como el dinero, el poder o la intimidación. El (la) niño (a) o el adolescente siente una tensión creciente antes de cometer el acto y experimenta placer, gratificación o alivio durante o después del acto. Los arrebatos agresivos impulsivos tienen un inicio rápido y suelen durar menos de 30 minutos.