Por lo tanto, el trastorno por estrés postraumático se debe diagnosticar solo cuando el niño experimenta un deterioro o una angustia asociada con los siguientes síntomas después de la experiencia traumática:
- Pensamientos invasores, incluyendo recuerdos recurrentes, involuntarios, angustiantes o sueños relacionados con el evento traumático, flashbacks en los que la persona siente o actúa como que el evento traumático está ocurriendo, una angustia emocional intensa o prolongada en respuesta a recordatorios del evento traumático, o fuertes reacciones fisiológicas a recordatorios del evento traumático.
- Evitar recordatorios del evento traumático, incluyendo el evitar pensamientos, sentimientos o recuerdos angustiantes relacionados con el evento traumático, o el evitar situaciones externas (por ejemplo, personas, lugares) que estén asociadas con el evento traumático.
- Cambios negativos en los pensamientos o estados de ánimo después del evento traumático, incluidos al menos dos de los siguientes:
- Amnesia para partes importantes del evento traumático (no explicado por el uso de sustancias o lesiones en la cabeza sostenidas durante el trauma)
- Opiniones exageradamente negativas y persistentes de si mismo, de los demás o del mundo (por ejemplo, "no puedo confiar en nadie", "estoy dañado (a), "el mundo es un lugar peligroso y aterrador").
- Se culpa a si mismo u a otros de manera persistente y distorsionada por el trauma
- Un estado emocional negativo persistente (por ejemplo, un miedo, una vergüenza o un enojo persistentes)
- Una pérdida significativa de interés o una participación reducida en actividades significativas
- Se siente indiferente hacia otras personas
- Una incapacidad persistente para experimentar emociones positivas (por ejemplo, la felicidad, la satisfacción o el amor)
- Cambios en la activación o reactividad autonómica después del evento traumático, que incluyen al menos dos de los siguientes:
- La irritabilidad o arrebatos de ira
- Un comportamiento temerario, impulsivo o autodestructivo
- La hipervigilancia
- Una respuesta de sobresalto exagerada
- Una menor concentración
- Trastornos del sueño (por ejemplo, dificultades para conciliar el sueño, un sueño interrumpido)
La investigación en psicopatología del desarrollo indica que los niños pequeños pueden expresar los síntomas del TEPT de manera algo diferente a los niños mayores. Por lo tanto, los criterios para el trastorno por estrés postraumático en niños de 6 años de edad o menores se modifican ligeramente, de la siguiente manera:
- Experimentar o ser testigo directo de una muerte real o de una amenaza de muerte, de lesiones graves o de la violencia sexual. Hay que tener en cuenta que una exposición por los medios de comunicación no califica como un "testigo" de estos eventos.
- Pensamientos invasores, según lo evidenciado por los recuerdos recurrentes e invasores del evento traumático (el trauma se presenta una y otra vez), sueños angustiosos recurrentes relacionados con temas traumáticos, flashbacks disociativos, un sufrimiento emocional intenso o prolongado o reacciones fisiológicas en respuesta a recordatorios del evento traumático.
- El evitar personas, lugares o cosas que le recuerden al (la) niño (a) el trauma, o cambios negativos en las cogniciones, incluida una mayor frecuencia de estados emocionales negativos, una pérdida de interés o una falta de participación en el juego u otras actividades significativas, un aislamiento social y una reducción persistente en la expresión de emociones positivas.
- Alteraciones en la excitación, que incluyen arrebatos de cólera o enojo o rabietas extremas, la hipervigilancia, una respuesta de sobresalto exagerada, una menor concentración o trastornos del sueño (por ejemplo, dificultades para conciliar el sueño o un sueño interrumpido).
Muchos de estos síntomas son respuestas normales a eventos traumáticos y remiten con el tiempo. Por lo tanto, el TEPT se diagnostica solo cuando los síntomas duran un mes o más y conducen a una angustia o deterioro clínicamente significativo. Los síntomas no tienen que ocurrir inmediatamente después del trauma para que se justifique un diagnóstico de TEPT. Algunas personas experimentan un inicio tardío de TEPT, en el que los síntomas no comienzan sino hasta semanas, meses o más después del trauma. El especificador “con inicio tardío” se aplica cuando los síntomas no alcanzan los criterios de diagnóstico completos sino hasta 6 meses después del trauma.
El trastorno por estrés postraumático también puede incluir el especificador "con síntomas disociativos". Los síntomas disociativos pueden incluir la despersonalización, en la cual la persona se siente alejada de sí misma o como si estuviera "fuera de su propio cuerpo" en algunos casos o la desrealización, en la que la persona experimenta su entorno como un sueño o como algo irreal de alguna manera.