El RAD se diagnostica solo cuando el niño ha recibido muy poca atención, como la privación social (es decir, no se satisfacen las necesidades emocionales básicas del (la) niño (a) para su comodidad, su estimulación y el afecto por parte de los adultos cuidadores), los cuidadores primarios cambian repetidamente, o el (la) niño (a) ha sido criado (a) en entornos inusuales (por ejemplo, instituciones) que limitan gravemente las oportunidades para formar apegos selectivos.
Los síntomas principales del RAD son los siguientes:
- Un comportamiento emocionalmente retraído hacia los cuidadores adultos, como lo demuestra la falta de búsqueda y respuesta al consuelo cuando se siente angustiado (a).
- Trastornos sociales y emocionales persistentes, que incluyen una respuesta social y emocional mínima a los demás, un afecto positivo limitado y/o una irritabilidad, una tristeza o un temor inexplicables, incluso durante interacciones no amenazadoras con cuidadores adultos.
El RAD puede especificarse como "persistente" cuando los síntomas duran más de 12 meses y como "grave" cuando todos los síntomas se encuentran en niveles altos. Hay que tener en cuenta que el RAD no se puede diagnosticar en personas con trastorno del espectro autista.