Aunque los tics y las estereotipias implican movimientos repetitivos e involuntarios, las estereotipias tienen una edad de inicio más temprana (generalmente antes de los 3 años) e involucran a todo el cuerpo, mientras que los tics se ven comúnmente en los ojos, la cara o la cabeza. Los tics también se asocian con algún malestar o estrés, mientras que las estereotipias son autoestimulantes.
Las personas pueden participar en movimientos estereotipados no dañinos o lesivos que son individualmente variables. Los ejemplos de movimientos estereotipados no autolesivos incluyen, entre otros, movimientos del cuerpo oscilantes, aleteos bilaterales o giratorios, movimientos con los dedos en la parte frontal de la cara, agitar o aletear los brazos y asentir con la cabeza. Los comportamientos autolesivos estereotipados incluyen golpes repetitivos en la cabeza, bofetadas en la cara, punzadas en los ojos y morderse las manos, los labios u otras partes del cuerpo. Se pueden combinar múltiples movimientos (por ejemplo, ladear la cabeza, mover el torso, agitar una pequeña cuerda repetitivamente delante de la cara). Los movimientos estereotipados que se observan con frecuencia en los adultos incluyen cortarse y rasguñarse la piel, morderse las uñas, morderse los labios y frotarse los ojos. Los movimientos pueden durar más de un minuto y pueden ocurrir varias veces al día. La frecuencia e intensidad de los comportamientos dependen de factores ambientales e internos. Los desencadenantes más comunes de los comportamientos estereotipados son la excitación, la felicidad, el aburrimiento, la ansiedad, la concentración en una tarea y la fatiga.