La dermatilomanía (pellizcarse compulsivamente la piel) en adultos

Las partes que se pellizcan más comúnmente son la cara, los brazos y las manos, pero las personas pueden pellizcarse la piel en cualquier parte del cuerpo.

Las lesiones causadas por pellizcarse la piel pueden ser leves o muy notables. La persona puede ocultar las lesiones de la piel con maquillaje, vendas o ropa.

Una persona con dermatilomanía puede pellizcarse en respuesta a una necesidad, después de notar alguna irregularidad en la piel, o en respuesta al aburrimiento o a la ansiedad. Las personas con dermatilomanía a menudo informan sentirse gratificadas, satisfechas o aliviadas después de pellizcarse. Muchas personas con dermatilomanía también informan que a menudo se pellizcan sin estar plenamente conscientes de hacerlo.

Para diagnosticar la dermatilomanía, el pellizcarse o sus consecuencias deben ser angustiantes (perturbadoras) o perjudiciales (ser un obstáculo en la vida de la persona).

La neurobiología de la dermatilomanía no se conoce bien, pero se ha propuesto que las anomalías en ciertas regiones del cerebro, particularmente en aquellas regiones que desempeñan un papel en la formación de hábitos, pueden contribuir a pellizcarse la piel compulsivamente. El comportamiento de pellizcarse la piel compulsivamente se promueve a través del refuerzo positivo, o de una sensación de gratificación o satisfacción que se produce después de que el individuo se pellizca la piel. El trastorno parece tener un vínculo genético con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), aunque tener una predisposición genética a la dermatilomanía o al TOC no significa necesariamente que la persona vaya a desarrollar cualquiera de los dos trastornos.

Tratamientos de primera línea

La terapia cognitiva-conductual es el tratamiento de elección para la dermatilomanía. La TCC para pellizcarse compulsivamente la piel incluye principalmente el entrenamiento de la conciencia (que permite a la persona darse cuenta de que está pellizcándose la piel), el control de estímulos (uso de barreras como guantes para crear "reductores de velocidad" para reducir la probabilidad de pellizcarse la piel) y el entrenamiento de respuesta competitiva (practicar un comportamiento incompatible , como cerrar la mano en un puño, al sentir la necesidad de pellizcarse). En conjunto, estas intervenciones a veces se denominan entrenamiento para revertir el hábito.

Otros tratamientos a considerar

No hay pautas publicadas sobre los tratamientos de segunda y tercera línea para la dermatilomanía (pellizcarse compulsivamente la piel). Sin embargo, la investigación clínica sugiere que las siguientes intervenciones pueden ser efectivas:

• Aumentar la efectividad de la TCC con intervenciones basadas en la aceptación
• La monoterapia con N-acetilcisteína
• El tratamiento de ciertas irregularidades de la piel (por ejemplo, acné) con medicamentos tópicos u orales para reducir las ganas de pellizcarse

Nota: a pesar de la eficacia conocida para tratar el TOC, los ensayos de monoterapia con inhibidores de la recaptación de serotonina (específicamente fluoxetina y citalopram) han tenido resultados mixtos, y el consenso de los expertos es que los ISRS no deben ser un tratamiento de primera línea para la dermatilomanía. La monoterapia con lamotrigina ha mostrado esperanza en un ensayo abierto, pero no fue superior al placebo en un ensayo controlado aleatorio.